lunes, 7 de junio de 2010

Acerca de don Mario Rodríguez Méndez

RECORDANDO A “MALÁN”
Raúl Méndez Díaz.
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El pasado 29 de mayo, se cumplieron 88 años del nacimiento de Don Mario Rodríguez Méndez. Fue en 1922 cuando vio por primera vez la luz de la vida en Chilpancingo, Guerrero y ahí mismo le rindió tributo a la “Madre Tierra” el 17 de agosto de 1988.
“Malán” como afectuosamente se le conocía, fue Poeta e intérprete de la música popular mexicana; era todo un deleite escucharlo declamar por su admirable inspiración, que sabía expresar con gran naturalidad acompañado muy bien por su guitarra. ¡Ha, que bien tañía su guitarra!
Su gran facilidad por hacer amistades, le hizo cultivar muchos afectos. Se distinguió por ejercer un estilo muy peculiar e inigualable en sus manifestaciones artísticas, además por la grandilocuencia de sus discursos en reuniones conmemorativas y familiares.
En su época de estudiante en el Colegio del Estado, empieza a consolidar su inclinación por la poesía y la música, teniendo como principal inspiración a la naturaleza, añorando los paisajes de Coapango, la cuna materna, donde pasó sus años de infancia, ahí en la majestuosa Sierra Madre del Sur, le arrancó a su guitarra las primeras notas musicales, que posteriormente dio a conocer bajo la sombra de su “enramada magnífica”, lugar favorito para sus tertulias bohemias, en las que hacía culto a la amistad, a la que le escribió de manera especial precisamente “Amistad” y “Mi gran tío”.
Su sensibilidad al amor y a la mujer la dejó plasmada en “Pasión de amor”, “Ofrenda”, “Primavera de amor”, “Sueño”, “Aniversario”, “Temor”, “Muñeca de carne”, “Carmelita”, “Buen viaje”, “Lejanía y “Recuerdos”.
“Mi ciudad capital”, “Laurel de mis recuerdos” y “Eucalipto” fueron los poemas con los homenajeó a su tierra natal y al Estado de Guerrero, lo hizo con “Fandango” y “Bienvenido”. Para la esperanza y el trabajo dedicó “Año del 85” y “Trapecistas del progreso”, esta última es una prosa escrita para los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad.
A la vida y a la naturaleza que tanto amaba, las evocó con “Bienvenida”, “Paisaje”, “Invierno”, “Primavera esperada”, “Espejismo primaveral”, “Balcón del Bullicio”, “Otra jornada” y su favorita: “Invitación”, bellísimo poema lleno de romanticismo, que describe la hermosura de la serranía y dice así:
“Ven a mi lecho de selvas, con sábanas de brumas, con luces de cocuyos y música de alondras.
Con el rugir de las fieras que rasgan el silencio al llamar a su amada en las noches de celo.
Te invito a mis praderas, alfombradas de lindas para que con tus manos destroces sus corolas, preguntando en sus pétalos si deveras te quiero, o te halago con frases fuera de sentimiento.
Te bañare con mieles que la luna nos brinda al pasear en trineos de la imaginación y contemplar lo bello que tienen nuestras vidas, que nos une con besos y una fuerte pasión”.
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“TODOS POR UNA MEJOR CONCIENCIA CIUDADANA.”

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