miércoles, 31 de marzo de 2010

Sobre Vicente Guerrero Saldaña

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Conferencia en el CLXXIX aniversario luctuoso del Gral. Vicente Guerrero Saldaña
Rodolfo Sámano García
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El Gral. Vicente Guerrero Saldaña tomó posesión como el segundo Presidente de la República el 1 de Abril de 1829, para cubrir un periodo constitucional que habría de durar hasta el 31 de Marzo de 1833, sin embargo, por cuestiones políticas, el Vicepresidente, el Dr. Anastasio Bustamante organizó una rebelión argumentando que el Gral. Guerrero no tenía preparación profesional para desempeñarse en tan importante cargo, en ese movimiento participaron entre otros, Antonio López de Santa Ana, Lorenzo de Zavala y Lucas Alamán, quienes proclamaron el Plan de Jalapa, con tendencias centralistas, logrando su objetivo el 11 de Diciembre del mismo año de 1829, dimitiendo a su cargo para refugiarse en el sur y buscar el apoyo de federalistas como Juan Álvarez para hacer frente a los grupos armados al servicio de los centralistas. “El bastón de Presidente de la República lo deposito en el poder nacional, sus representantes harán uso que estimen por conveniente de él, en la inteligencia, que la soberana resolución de las augustas Cámaras sobre este particular, juro sostenerla como la verdadera voluntad de la nación, pues no soy otra cosa que un soldado de la patria. El último súbdito de la nación. Vicente Guerrero.”
En el transcurso de de 1830, se desató una guerra entre los partidarios de los centralistas contra los federalistas, unos apoyando a la gente de Anastacio Bustamante y en el sur las tropas que habían participado en la guerra de independencia en sus últimos años y que llevaron al Gral. Guerrero a pactar con Agustín de Iturbide, se incorporaron nuevamente a las órdenes de Guerrero. Durante ese año, los centralistas estuvieron preparando un plan que los llevara a derrotar a Vicente Guerrero sin que estuvieran las armas de por medio.
Así, el comerciante genovés, Francisco Picaluga aceptó participar en el plan de traición a Guerrero por la suma de cincuenta mil pesos. ¿Por qué Vicente Guerrero aceptó una invitación a comer en el barco El Colombo de Picaluga? Simple y sencillamente porque eran conocidos desde el tiempo en que Guerrero participaba en la arriería, transportando mercancías desde Acapulco a diferentes puntos del territorio de lo que era la Nueva España y Picaluga era uno de esos marineros que arribaban al puerto esporádicamente con mercancías que eran compradas y transportadas a diferentes ciudades de la Nueva España.
El 14 de Enero de 1831, la traición se consumó, Guerrero fue apresado en El Colombo y de ahí trasladado a Huatulco, llegando a este lugar el 20 de Enero y de ahí a la ciudad de Oaxaca en donde con la complicidad del clero católico con la corriente centralista lo tuvo prisionero en el Convento de Santo Domingo para posteriormente trasladarlo al convento de Cuilapan. La consigna era armarle un juicio acusándolo de traición a la Patria.
Anastasio Bustamante había reunido la cantidad de 17,000 pesos en oro para ser enviados a Oaxaca para que le pagaran a Picaluga por la acción de haber traicionado, apresado, trasladado y entregado al Gral. Vicente Guerrero para su ejecución, cantidad que aumentada con 34,500 pesos en oro que aportó Lucas Alamán, dando un total de 51,500 pesos en oro que fueron enviados para el pago ya descrito.
El 4 de Febrero de 1831 se emitió el Decreto que imposibilitaba a Guerrero a gobernar, pero el Congreso no pudo anular el proceso mediante por el que había sido electo, así que hasta esa fecha el Gral. Vicente Guerrero seguía siendo el Presidente de la República constitucionalmente, ante esto, el Diputado de apellido Blasco solicitaba de manera insistente un amnistía, el Congreso dio su negativa.
El Congreso de Zacatecas emitió un documento al Congreso de la Unión en donde los diputados de aquella legislatura habían acordado: “No se aplicará la pena capital al General Guerrero ni a los que en su causa se hallan comprendidos; la pena a que se sentencie a dichos individuos no podrá exceder de tres años de destierro fuera de la República, a un lugar que no sea perjudicial a su salud, se asignará una pensión a los expatriados, para su subsistencia” Petición que no fue atendida.
El Comandante General de Veracruz, Don Pedro Landero, escribió con fecha 3 de Febrero a Bustamante pidiendo gracia para el desventurado caudillo, hizo otro tanto Santa Anna, incluyéndole la carta conmovedora que le había enviado la Sra. Guadalupe Hernández, esposa de Vicente Guerrero, pero nada consiguió ninguno de ellos, la muerte había sido ya determinada supuestamente por el Consejo de Ministros, pero en realidad fue una determinación directa de Bustamante.
En la carta que envió Don Pedro Landeros decía que: “ En este momento me manda avisar Ignacio Iberri la prisión de Guerrero; yo lo recomiendo a su generosidad” El 9 de Febrero le contestó Bustamante: “No puede Usted figurarse, mi amigo, el contraste tan terrible que ha producido en mi alma la prisión de Guerrero, pues aunque era necesaria para la pacificación de la República y de consecuencias muy favorables, trae consigo compromisos y produce sensaciones que no pueden ocultarse a la penetración de Ud. Él pertenece hoy exclusivamente al Poder Judicial, y por la independencia de poderes que constituye la esencia de nuestro sistema, el Ejecutivo no puede mezclarse en jurisdicciones ajenas, y yo, como ciudadano particular, muy poco o nada puedo hacer en favor de un hombre contar quien se ha pronunciado la opinión general y la vindicta pública de un modo tan claro y decisivo, había acordado en Junta de Ministros un iniciativa pidiendo que viviese en país extranjero con una asignación que se consideraba para una cómoda subsistencia, con prohibición de volver a pisar el territorio mexicano, pero habiendo observado que la opinión dentro y fuera de las Cámaras se manifestaba en contra esta medida, se omitió el paso, y probablemente sea juzgado con arreglo a las leyes. Quiera el cielo que ningún mexicano cometa los extravíos y se vea en el caso del hombre que, por antífrasis, fue llamado por los aduladores Padre de los Pueblos, pues en mi corazón pesa demasiado la desgracia, no solo de cualquiera de nuestros compatriotas, sino de todo individuo que pertenezca a la raza humana”
En carta fechada en Manga de Clavo el 15 de Febrero, Santa Anna le escribe a Bustamante: “Incluyo a Ud. La carta que me ha escrito la Sra. Doña Guadalupe (Hernández) Guerrero a favor de su esposo, para que, impuesto Ud. De su contenido, se digne hacer lo posible en alivio de esa desgraciada familia, con quien, como Ud. Sabe, contraje compadrazgo; y me veo en caso de hacer en su obsequio los buenos oficios que exigen la amistad, la caridad y el deber. He sido uno de los primeros en desaprobar la conducta tortuosa del general Guerrero, como Ud. no ignora, pero esto no me excusa de cumplir con lo que la misma religión nos impone: “Odiar el crimen, compadecer al delincuente”. Así pues, Ud. tendrá la bondad de disimular esta molestia y extender su poderoso brazo para la conservar la vida de este compañero extraviado, cuyo beneficio le hará conocer mejor sus errores y al gobierno honrará mucho”
Y así, en un contubernio entre los centralistas y el clero oaxaqueño se dictaminó terminar con la vida del consumador de la Independencia, el 14 de Febrero por la mañana fue trasladado del calabozo donde estaba prisionero a la parte posterior del convento, fue obligado a arrodillarse y vendado, el pelotón fue preparado y con ordenanza militar las descargas de los fusiles acabaron con la vida de este héroe nacional, el cadáver fue levantado por los mismos soldados del pelotón y trasladado a la capilla del mismo convento en donde se ofició una misa de cuerpo presente, de inmediato, el cuerpo fue sepultado ahí en el viejo edificio del convento de Cuilapan junto a una bóveda ubicada a un metro fuera de las gradas que llevaban al altar mayor, aprovechando un viejo sepulcro que se encontraba desocupado. El cadáver del Gral. Vicente Guerrero desde el día de su fusilamiento permaneció en Cuilapan hasta 1833, fecha en que fue conducido al panteón de la ciudad de Oaxaca.
Por disposiciones de Antonio López de Santa Ana ordenó que los restos del insurgente Vicente Guerrero fueran trasladados a la capital mexicana, se dieron las disposiciones para que de inmediato se ejecutara.
“El Sr. León se condujo con suma eficacia; colocó los huesos en una caja de plomo; ésta dentro de otra hoja de lata, bien soldada por todas partes; esta segunda fue encerrada en otra de caoba, muy bien labrada, cerrada con dos llaves y cubierta de jerga: todo se colocó en un cajón de madera común, y con doble arpilladura se entregó al comandante de escuadrón D. José María Silva, quien con una escolta salió de Oaxaca el 20 del pasado (Noviembre de 1842). Cuando llegó a Puebla, el Sr. Canalizo estaba enfermo. Con tal noticia, el Exmo. Sr. Presidente sustituto, D. Nicolás Bravo, dispuso que tan luego como llegaran a esta capital los restos del Sr. General Guerrero, se depositaran en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, a disposición del supremo gobierno…” (Lafragua, José María.- Vicente Guerrero, Ensayo biográfico.- Eduardo L. Gallo Editor, Imprenta Ignacio Cumplido, México 1875, pág. 87)
Después del fusilamiento del Gral. Vicente Guerrero en el Convento de Cuilapan, Oax., la población aun no salía de su asombro de lo que había sucedido, una gran inconformidad se manifestaba en todos los sectores sociales y se preguntaban: ¿Cómo era posible que en ese lugar se hubiese cometido la culminación de una traición en contra de la Patria mexicana? ¿Cómo los oaxaqueños habían permitido que se hubiese fusilado al gran insurgente que desde 1815 estuvo al frente de los ejércitos que buscaban la independencia y que desde entonces no había descansado un momento en ver una Patria libre? ¿Por qué haber permitido la sociedad oaxaqueña en que su territorio se hubiese fusilado al Presidente de la República, el Gral. Vicente Guerrero?
El 30 de Enero de 1833 llegó a Cuilapan un grupo de liberales para rendir un homenaje póstumo ante la tumba donde descansaban aun los restos del Gral. Vicente Guerrero, allá en el Convento de Cuilapan, una sencilla ceremonia fúnebre, tierna y conmovedora, entre ellos el Comandante General de Oaxaca, Don Isidro Reyes;
“…En el lugar de la ejecución el cura párroco Don Ramón Castellanos pronunció un breve, extraño y significativo discurso en elogio de los que así se rendían respetuoso culto a la víctima ilustre…”
“…Alocución del Sr. D. Ramón Castellanos, cura propio de la parroquia de Cuilapan, dirigida a sus feligreses en el acto de concluir el solemne responso que le cantó al Exmo. Sr. D. Vicente Guerrero el día en que el Sr. Comandante General del Estado de Oaxaca, en compañía de muchos patriotas, visitó el sepulcro del héroe..”
“… Feligreses y amigos míos: Las tiernas demostraciones de gratitud y reconocimiento que habéis visto practicar en este día a los distinguidos patriotas de Oaxaca, y en la que derramando copiosas lágrimas sobre el sepulcro del distinguido y benemérito Campeón de la patria, el excelentísimo señor general ciudadano Vicente Guerrero, para honrar sus veneradas cenizas con humildad, con respeto y religión, al mismo tiempo que han movido mi compasión y afecto, me han llenado de la más alta satisfacción y complacencia: En esta ocasión encuentro oportunidad para instruiros de una verdad que se palpa, y que muchos de vosotros habéis vivido ignorantes: quiero decir, que estos patriotas que hasta el día han llamado vinagres, titulándolos herejes, masones y libertinos, son en realidad cristianos, hombres de bien y acreedores a todo el aprecio y consideración de los hombres sensatos y liberales: ellos lo manifiestan a todas luces, y yo admiro más y más la mordacidad con que han sido deshonrados por el partido contrario: unos hombres que aborrecen el servilismo y la esclavitud; que defienden su patria, leyes y Constitución, y que detestan la perfidia y traición de los Borbones y de los adherentes a ellos, entiendo que por estos principios tan apreciables, no merecen quimeras ni apodos tan denigrantes; y si se fija la atención en sus sacrificios voluntarios, se confirma mucho más lo que os acabo de hablar, porque viniendo a visitar el sepulcro del Héroe del Sur, que injustamente sacrificaron como a un malhechor siendo el libertador de la opresión de los iberos, ellos han reconocido a un Dios, cuya misericordia es infinita, y de la que esperan el descanso eterno del alma de nuestro finado; arrodillados en la presencia del Señor, con humillaciones y lágrimas lo han pedido y suplicado: esta conducta manifiesta su fe, su piedad y su religión, y no menos su patriotismo y adhesión a las instituciones liberales; finalmente, en este día han manifestado delante de todo el pueblo que son cristianos y no herejes; libres y no serviles; no os dejéis seducir de falsas especiotas; uníos a sus votos, y rogad con ellos al Ser Supremo, para que, por su misericordia, el alma del señor Guerrero y de los demás fieles descansen en paz. Dije. Presbítero, Don Ramón Castellanos. Cuilapan a 30 de Enero de 1833…” RIVA Palacio, Vicente.- México a través de los Siglos.- Tomo Cuarto: México Independiente 1821 – 1825; 11ª edición, Editorial Cumbre, S.A., México 1974, pág. 310.
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Carta de doña Guadalupe Hernández de Guerrero a Antonio López de Santa Anna
Uno de los documentos importantes en la historia del Gral. Vicente Guerrero, es una carta que su esposa, doña Guadalupe Hernández de Guerrero envía a su amigo y compadre, Don Antonio López de Santa Anna, por ese medio le solicita intervenga ante Anastasio Bustamante para que al héroe suriano no se le afectara en su integridad, en ella están plasmados varios factores: 1) El gran amor por su esposo, 2) Una gran patriota, 3) Gran conocedora de los conflictos radicales entre los grupos de los liberales y los conservadores y, 4) Intuye que su esposo está en peligro de muerte. Una gran mujer que en su tiempo, de manera directa participa en la política nacional, porque está solicitando una intervención para salvar la vida de un Presidente de la República. La carta de referencia dice así:
“E. S. Don Antonio López de Santa Anna.- México, Febrero 2 de 1831.- Mi estimado amigo y compadre. La desgraciada suerte de mi esposo me hace tomar la pluma para dirigirme a Ud., como a su mejor amigo, con el objeto de reclamar su mediación con los señores que componen la actual administración y evitarle de este modo aquellas tropelías que tan comunes son a los agentes secundarios del poder. Me dirijo a V., pues, mi estimado compadre, llena de confianza, porque conozco su generoso corazón, su celo por el decoro de una clase tan distinguida, y su ilustración, a la cual sin duda alguna no se le ocultará los miramientos y consideraciones que son debidos a un antiguo servidor de la independencia y libertad, que ha regido los destinos de una gran República y que aún conserva el título de Presidente. Yo espero, por lo mismo, que, accediendo V. a esta solicitud, se apresure a manifestar con estos señores sus ideas, pues son muchas las voces que se hacen circular respecto a Vicente, y todas despedazan mi corazón, demasiado ulcerado ya, para poder resistir este último golpe. Este paso no solo va a servir de consuelo a una afligida familia, sino a consolidar esa reputación de Ud., que tanto honor hace a V. como a la nación que tiene un placer en numerarlo en el catálogo de sus más ilustres hijos. Dispense V., mi estimado compadre, esta molestia que le causa en medio de su aflicción su muy afecta comadre y servidora, q.b.s.m. (que besa su mano) Guadalupe de Guerrero.”
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Respuesta de Anastasio Bustamante a la Carta de doña Guadalupe de Guerrero.
Con motivo de la carta que doña Guadalupe Hernández de Guerrero le envió a su compadre don Antonio López de Santa Anna para que interceda ante Anastasio Bustamante para pedir clemencia por la vida del Gral. Vicente Guerrero. Santa Anna hace del conocimiento a Bustamante de la petición de la afligida esposa, a lo que Bustamante contesta a través de un escrito que a la letra dice:
“México, 24 de Febrero de 1831, Compañero y queridísimo Antonio López de Santa Anna: La carta de la Sra. Da. Guadalupe Guerrero me ha enternecido e interesado, tanto más cuanto que V. mediaba en su favor y sabe el aprecio que me merecen sus recomendaciones; pero ya era tarde cuando recibí su apreciable de 15 del presente, pues los papeles públicos se habrá impuesto de la suerte que cupo a este desgraciado general, en cuyo favor y el de toda su familia me cabe la satisfacción de haber hecho todo lo que de mi pudo depender.- Deseaba con empeño salvarle la vida, y acordé en junta de ministros una iniciativa a las Cámaras pidiendo que saliera de la República, pero la opinión contraria que manifestó la mayoría de sus miembros, cuando se les insinuó en lo particular, fue causa de que se suspendiese, porque nada se adelantaba y el gobierno iba a ser desairado no sólo de la Cámara, sino también de la opinión pública que se manifestaba en el propio sentido: no pudiendo ya conseguir libertarle de la vida, se aprobó una proposición hecha en la Cámara para la pensión de tres mil pesos a su familia, en cuya suerte me he interesado aun antes de ahora (pues de la vida del general Guerrero no podía tratarse, como habrá V. visto por la unanimidad con que fue desechada una proposición hecha por un diputado para que se suspendiera la ejecución de los que estuvieran sentenciados, hasta que saliera la ley de amnistía) V. conoce mis ideas y excuso repetirle mi sentimiento por no haber podido lograr la conservación de este hombre desgraciado, cuya conducta se había acarreado la odiosidad nacional. Una fuerte fluxión que me ha caído a la cara me impide extenderme, y concluiré repitiéndome con el fino afecto de siempre, su invariable compañero y decidido amigo a lo a.c.l.m.c.s. y le desea la mejor salud. Anastasio Bustamante”
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Otros documentos
“... Vistas las declaraciones que preceden con el oficio librado por D. Miguel González como comandante del punto de Huatulco, en orden a que el capitán D. José Ma. Llanes formase al faccioso Vicente Guerrero la correspondiente sumaria en averiguación de los diversos crímenes por éste cometidos, y en especial el grave gravísimo de esa nación; visto igualmente lo alegado por el reo, y expuesto por el jefe fiscal, de lo que se hizo relación al consejo de guerra, aunque sin asistencia y presencia del reo, por haber renunciado a este beneficio, y pedido al consejo se le excusase de hacerlo por no tener que alegar cosa que fuese en su defensa, todo bien examinado con la conclusión del expresado jefe fiscal, y alegado por el defensor; el consejo ha condenado y condena al referido Vicente Guerrero a la pena de ser pasado por las armas conforme a lo prevenido en la ley del 27 de septiembre de 1823, y los artículos 26. 27, 42 y 45 y 66 del tratado 8º , título 7º, libro l2 de la Novísima Recopilación, Oaxaca, Febrero 10 de 1831.- Firman: Valentín Canalizo, Francisco Guisarnótegui, José Miguel Bringas, Santiago Torres, José María Borja, Cayetano Mascareñas, José Tato, Antonio Rebelo, Luis de la Barrera, Zeferino G. Conde y Pedro Quintana ...”
“... En el pueblo de Cuilapan a los 14 días del mes de Febrero de 1831, yo el infrascripto secretario doy fe, que en virtud de la sentencia de ser pasado por las armas, dada por el consejo de oficiales,, a Vicente Guerrero, y aprobada por el señor comandante general de este Estado de Oaxaca, se le condujo en buena custodia dicho día, al costado del curato del expresado pueblo y en donde se hallaba el comandante de la sección que cuidaba de la seguridad del reo, capitán D. José Miguel González y juez fiscal que ha sido en esta causa, y estaban formadas las tropas para la ejecución de la sentencia, y habiéndose publicado el bando que previene la ordenanza, y leída la sentencia por mí al reo, puesto de rodillas y en alta voz, se pasó por las armas a dicho Vicente Guerrero y luego se lo llevaron a enterrar a la iglesia del curato del referido pueblo, procediendo antes de darle sepultura la misa que se le mandó decir a su almas y para que conste por diligencia lo firmó dicho señor con el presente secretario.- Condelle.- Juan Ricoy. ...”
“ ... El cadáver del General Guerrero permaneció en Cuilapan hasta 1833 en que fue conducido a Oaxaca. El 16 de Noviembre de dicho año expidió el Congreso General el decreto que sigue: 1º. El ciudadano Vicente Guerrero mereció hasta su muerte el título de "Benemérito de la Patria". 2º. El gobierno, poniéndose de acuerdo con las autoridades supremas del Estado de Oaxaca hará conducir a esta capital el todo o parte de los restos del ciudadano Vicente Guerrero, y que se depositen en la urna que guarda las cenizas de los principales héroes de la Independencia. ...” (LAFRAGUA, José María.- Vicente Guerrero.- Imprenta Cumplido, México 1875, pág. 85)
Recordemos que Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador de la lucha por la independencia sólo estuvo al frente de este movimiento durante nueve meses: del 16 de Septiembre de 1810 al mes de mayo de 1811, fecha en que fue hecho prisionero; el Generalísimo José María Morelos y Pavón estuvo al frente del ejército insurgente de 1811 a 1815; y de 1815 hasta la consumación de la independencia y de la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México en 1821, pero que su lucha inició desde que se incorporó en noviembre de de 1810 a las tropas de los Hermanos Galeana y de los Bravo, así, nuestro héroe estuvo más de diez años participando activamente con las armas en la mano, herido de muerte en varias ocasiones, fue de los tres grandes dirigentes de la insurgencia el que más participó activamente. Es cuanto.