jueves, 28 de enero de 2010

Sobre Juan Álvarez

La siguiente nota fue tomada de la edición del 28 de enero de 2010, en el periódico PUEBLO:
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220 aniversario del natalicio del General Juan Álvarez Hurtado
Lorenzo Jiménez Ángel
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“…pobre entré a la Presidencia y pobre
salgo de ella, pero con la satisfacción que
no pesa sobre mí la censura pública…”.
Juan Álvarez
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Enero es, en las efemérides nacionales, un mes abundante en celebridades. Corresponde al hoy estado de Guerrero el honor de ser la cuna del ilustre ciudadano Juan Álvarez Hurtado , quien dedicó 57 años a luchar por la causa de la libertad e independencia de México. Nació el 27 de enero de 1790, en el barrio de la Tachuela, del antiguo pueblo de Santa María de la Concepción de Atoyac, hoy de Álvarez.
Fue de familia acomodada. Sus padres fueron don Antonio Álvarez, originario de Santiago de Compostela, España y doña Rafaela Hurtado, de Acapulco. De niño lo trasladaron a la ciudad de México, a estudiar en el Colegio del Mentor don Ignacio Avilés. A la muerte de sus padres, siendo apenas adolescente, tuvo que regresar al sur, a su pueblo costeño. En noviembre de 1810, se incorporó como soldado raso, en las filas del ejército insurgente, al mando del generalísimo José María Morelos, que lo asigna a su guardia personal y por su carácter fuerte, indómito y disciplinado, ascendió pronto a sargento.
Como tal, asistió a los combates de Aguacatillo, de Tres Palos, Arroyo del Moledor y Tonaltepec. En diciembre combatió en La Sabana y obtuvo el grado de capitán por méritos en campaña. Antes de terminar 1810, recibió un tiro de fusil que le atravesó las piernas, siendo ascendido a Comandante del Regimiento de Guadalupe. Con don Hermenegildo Galeana participó en el asalto a la plaza de Tixtla, en la madrugada del 15 de mayo de 1811, saliendo otra vez herido. A estas alturas es promovido al grado de Coronel. En 1813 fortificó el Cerro del Veladero, del que se hizo cargo hasta 1814, en que fue batido por el relista Armijo, en Pie de la Cuesta.
Al morir Morelos, Juan Álvarez, Vicente Guerrero y Pedro Ascencio Alquisiras, quedaron al frente de las fuerzas que heredaron la encomienda de seguir luchando por la Independencia del país. Álvarez fue comandante militar de Zacatlán, desde el 11 de agosto de 1819, libró doce nuevas acciones de guerra, haciendo retroceder al enemigo hasta la plaza de Acapulco. En 1821 se encontraba en Iguala, cuando fue proclamada la Independencia de México; pero todavía batió a los realistas en cinco encuentros, derrotándolos. Le fue encomendada la capitulación de Acapulco y desde el 5 de octubre de 1821, hasta el 17 de agosto de 1822, peleó con éxito venciendo a los realistas en el puerto de Acapulco. Ahí fue nombrado Comandante General.
Al ser fusilado el presidente Vicente Guerrero el 14 de febrero de 1831, Álvarez se convirtió en su heredero político. Defendió la Constitución de México como República Federal y combatió, tanto al autoritarismo monárquico de Agustín de Iturbide, como al aristocrático de Anastasio Bustamante y de Antonio López de Santa Anna. Con el grado de General de División, participó en la defensa de la ciudad de México contra la invasión norteamericana de 1846-1848.
Junto con Nicolás Bravo luchó por la erección del Departamento del Sur y posteriormente del estado de Guerrero. Éste se formó por decreto del 27 de octubre de 1849. El Congreso de la Unión lo designó Gobernador Provisional con sede en Iguala. Fue Gobernador Interino del 01 de febrero de 1850 al 29 de octubre de 1851 y Gobernador Constitucional, cargo al que renunció formalmente el 07 de octubre de 1853. En ese mismo año se levantó en armas contra el gobierno centralista de Santa Anna.
El 01 de marzo de 1854 promulgó el Plan de Ayutla, al triunfo de esta revolución fue designado Presidente Interino de la República del 04 de octubre al 10 de diciembre de 1855. Durante la Reforma y la Intervención Francesa organizó y dirigió la División del Sur. En 1867, año de su fallecimiento (27 de agosto) se desempeñaba como general en jefe de la Quinta División del Sur. Su patriotismo y entereza lo convirtieron en un personaje muy querido por su pueblo. A propuesta del diputado Ignacio Manuel Altamirano, fue declarado Benemérito de la Patria y su nombre fue inscrito con letras doradas en los muros de la Cámara Legislativa, al lado de los héroes mexicanos más destacados.
En el 2003, la Universidad Autónoma de Guerrero, publicó el libro “Juan Álvarez”, que contiene tres documentados ensayos del profesor Ricardo Infante Padilla, del escritor Félix Manuel Villela Hernández y el escritor, orador y poeta Juan Pablo Leyva y Córdoba. Éste asienta en una de las partes de “Marginalia del Sur” lo siguiente:
“En la conquista de esa libertad y en el establecimiento del régimen republicano y liberal, Álvarez invirtió 57 de sus 77 años de vida. No hay parangón alguno en nuestra historia. Ningún mexicano fue por tanto tiempo tan tenaz, valeroso y persistente en sus inquebrantables ideales. No existe otro compatriota tan congruente entre sus acciones y sus palabras. Tampoco existe el caso de un soldado que pueda comparársele por su sólido patriotismo, e incluso, difícilmente se puede encontrar a un luchador social que tuviera al mismo tiempo, la visión de un estadista”.
He aquí, en síntesis apretada, el apunte sobre la vida y obra de un insigne guerrerense, de un mexicano ejemplar, a quien recordamos respetuosamente en el marco del Bicentenario del Inicio de la lucha emancipadora de nuestra nación.
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Consulta del 28 de enero de 2010, en:

martes, 12 de enero de 2010

Sobre María de la O Barriga

En la edición del 12 de enero de 201o, el periódico LA JORNADA GUERRERO publica la siguiente fotografía y nota de Rodolfo Valadez:
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La lideresa en una foto con el candidato a la presidencia por la Federación de Partidos Populares de México, Miguel Enriquez Guzmán Foto: FOTO CORTESÍA DE LA FAMILIA
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En campaña, el general Guevara pidió que si incumplía se le reprendiera de esa forma
María de la O Barriga, luchadora social que escupió a un gobernador
RODOLFO VALADEZ
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Durante su campaña política, el general Gabriel Guevara, quien gobernó Guerrero de 1933 a 1935, se comprometió con los luchadores sociales de esa época en el estado a respaldar la lucha popular. Fue entonces cuando María de la O Barriga, luchadora social de importancia en esos años, le preguntó: ¿y qué pasa si nos falla?, “me escupe la cara”, le respondió el candidato.
Sin embargo, cuando ganó la elección y ascendió al poder, le dio la espalda a la causa social y asesinó a campesinos que exigían justicia en la entidad. Al ver esto, María de la O solicitó una audiencia con el mandatario estatal y cuando lo tuvo frente a ella, sin decir una sola palabra le escupió la cara, recuerda en entrevista su prima Florentina Pérez Serrano al final del primer homenaje a la memoria de esta luchadora social en su 128 aniversario de su natalicio en Nuxco su pueblo natal dentro del municipio de Tecpan, organizado por las autoridades locales.
Aunque nació en Nuxco, su vida y su lucha las realizó en Acapulco y otras ciudades del país. Dedicada a la defensa de los que menos tienen, en especial de los campesinos y las mujeres, María se relacionó con líderes sociales, como Fidel Castro, presidente de Cuba por 49 años.
Nació un 11 de enero de 1882 en Nuxco. Sus padres fueron Mercedes Barriga Rodríguez y Atala de la O. Debido a la difícil situación económica de su familia, combinada con la ausencia de su padre, impidieron que la niña pudiera asistir a la escuela.
En 1899 María a la edad de 17 años se casa con Antonio Rodríguez Castañón estudiante de derecho y quien la influyó en sus ideales comunistas y de rechazo a las desigualdades sociales muy marcadas a principios del siglo pasado en Guerrero, para moldear su pensamiento, prepararse por su cuenta e inclinarse por el litigio para defender a los desprotegidos, quienes la reconocieron y frecuentaron en busca de ayuda.
A los 25 años se trasladó a Acapulco y en la calle de Bravo número 12, conoce a los hermanos Juan, Francisco y Felipe Escudero, con quienes organiza a obreros y campesinos para defenderlos gratuitamente en su bufete particular popular.
A la muerte de su esposo, decide abogar por su cuenta y su primer caso ganado fue cuando evitó el encarcelamiento de una familia de El kilómetro 30, a quienes el gobierno estatal intentaba despojar se sus tierras. Asimismo, en un congreso celebrado en Iguala en 1933 denuncia el encarcelamiento arbitrario en Acapulco de dirigentes campesinos acusados de agitadores, caso que tomó por su cuenta y que ganó meses después.
María de la O militó en el Partido Obrero de Acapulco donde compartió esfuerzos con los hermanos Amadeo y Baldomero Vidales, quienes exigían el reparto de grandes latifundios y el fomento de la educación, mediante el Plan del Veladero.
Como gente de confianza del también luchador Amadeo Vidales dirige las organizaciones escuderistas y organiza la Unión Fraternal de Mujeres Trabajadoras de Acapulco, lo que la llevó a tener el reconocimiento de la sociedad marginada del estado y como una muestra de admiración del entonces gobernador de Guerrero, Gerardo Rafael Catalán, la nombra abogada de los pobres.
Cuenta su prima Florentina que al encontrarse enferma, en una ocasión los dirigentes políticos de la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS) enviaron al hospital en el que se encontraba en la Ciudad de México a doctores rusos para que la atendieran, pero ella se negó a recibirlos diciendo: “no es posible que afuera esté el pueblo sufriendo y yo aquí atendida por los mejores médicos”, recordó su familiar.
Quien es catalogada una de las luchadoras mas importantes del siglo pasado en nuestro país murió un 18 de junio de 1956 y aunque sus restos fueron sepultados en el panteón San Francisco de Acapulco, después fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres donde descansan actualmente, además su nombre está inscrito con letras de oro en el Congreso de la Unión.
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Puede consultarse en:
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2010/01/12/index.php?section=sociedad&article=012n1soc